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Iba a poner una música triste en este post ...

... pero que le den por el culo.



Lo bueno de los bares de viejos es que puedes dejar sobre la barra a Dostoyevski y largarte a echar un meado de litro. Te miras en el espejo sucio del baño, qué guapo eres, cabrón. Sabes que cuando vuelvas, el libro seguirá allí, intacto, un radio de dos metros sin gente, al lado de una preciosa, magnífica, soberbia jarra de cerveza apenas empezada. Son esos momentos por los que sabes que Dios te ama, profundamente. Lo bueno de los bares de viejos, digo, es que te encuentras a Juanjo. Ojos oceánicos de niño bueno, cincuenta y dos años en canal a pie de barra. La mirada del buen Cristo, corazón grande, esqueleto de penas. Y bebes con él, claro. Y celebras cosas tan ridículas como importantes. Y amas más la Vida sin saber por qué; no es bueno nunca saber demasiado de nada. Y luego Juanjo te cuenta sobre ecografías y sobre analíticas que no son muy buenas según parece. Qué guapa era la doctora, tú. Y miras a los ojos de Juanjo y crees en la bondad de este mundo. Hay perlas en el barro y hay risas tan puras como la luz entre los árboles en un puto día de primavera. Corona de espinas, espuma de cerveza. Y justo cuando vas a tirar la toalla -el cinismo de la edad es lo que tiene-, te aguantas y haces un chiste malo y sonríes bobalicón y brindas por la Vida puta... que es muy puta la Vida. Y Juanjo te pide siempre la penúltima y nos la apretamos de un tirón con un brindis. Luego, se queda en silencio y entiendes. Y te entran ganas de llorar cuando finalmente comprendes que Juanjo se muere a chorros, negado más de tres veces y sin una María de Magdala que enjuegue -no enjuague- sus lágrimas. Juanjo acariciando el tamo que dejan en el alma los días idos, Juanjo defendiendo sus últimos recuerdos. Juanjo mira a la lejanía, sus ojos de niño, y yo lo veo vestido de domingo en los columpios, veo una madre que lo abraza y una taza de chocolate a media tarde. Las manchas de vino sagrado en la camisa blanca, pongamos sudario. Y un buen día, dejas de ver a Juanjo. Y resulta que el mundo sigue...

 Dios te bendiga, amigo.



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4 comentarios:

  1. Y resulta que el mundo sigue... has estado ahí, ¿cierto? gracias por tu blog, es un placer leerte.

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  2. Querido Anónimo.-
    Gracias a usted por leer este humilde blog que en el fondo no pretende sino celebrar la Vida... a pesar de todo.

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  3. Muy bueno, amigo, muy bueno.

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